martes, 22 de enero de 2008

El viñedo en La Rioja

Aunque el vino de Rioja es conocido en casi todo el mundo desde hace mas de 100 años, en los últimos 20 años se ha revalorizado extraordinariamente.
Se habla incluso de una "cultura del vino", pero ¿qué sabemos del viñedo en la Rioja y concretamente en la Rioja Alta?

En La Rioja Alta el viñedo es el segundo cultivo en orden de importancia (el primero es el cereal) en cuanto a superficie ocupada: 15.536 Ha. lo que supone un 21’20% del total. Pero se trata de un cultivo emblemático para la comarca debido al papel que ejerce en su funcionamiento económico, por su relación con la industria bodeguera, que tiene una importante participación en las exportaciones riojanas.

El viñedo esta incorporado al paisaje agrario riojalteño desde muy antiguo. Se trataba de un cultivo disperso, parcelado y destinado a la producción del vino para el autoconsumo. Es a partir del siglo XVII y XVIII cuando comienzan a "especializarse" algunos municipios de La Rioja Alta (Haro, Briones, Gimileo, Ollauri...). En 1.751 existían 1.200 Ha. de viñedos con una producción de 140.000 Hl. de vino. Sin embargo su desarrollo mas espectacular lo alcanza a finales del siglo pasado, gracias a la crisis del viñedo francés, invadido por la filoxera en 1.867, favorece la incorporación a La Rioja de técnicos y capital del país vecino y el incremento de las exportaciones de vino. Estos cultivos se ven desarrollados por la construcción del ferrocarril a lo largo del eje por la construcción del ferrocarril a lo largo del eje del Ebro. Como consecuencia de todo ello, se produce un aumento de la superficie cultivada, en algunos casos a costa de la eliminación de los últimos bosques de encinas que ocupaban espacios poco actos para los cereales pero muy apropiados para el viñedo. También se construyen las primeras grandes bodegas, algunas de las mas importantes en Haro (en 1.877, Rafael López de Heredia; en 1.879, Compañía Vinícola del Norte de España, CVNE; en 1886, Gómez Cruzado; en 1890 La Rioja Alta). Es el momento en que se consolida La Rioja Alta como la zona de mayor especialización vitivinícola de la región, de modo que en 1.889 los partidos judiciales de Haro, Santo Domingo y Nájera cultivan 29.383 Ha. de viñedos, es decir el 56% del total regional. Este esplendor, que convertirá a la vid en el cultivo dinamizador del cultivo agrario, duraría hasta 1.899, año en el que la plaga de la filoxera afecta a los viñedos riojanos. Esta se detecta por primera vez en un municipio riojalteño, Sajazarra, y alcanza su máxima intensidad en 1.902. A pesar de que se intenta reconstruir el viñedo, se hace de forma lenta, ya que el agricultor tiene pocas facilidades y escasos alicientes en el mercado. Por ello tras la invasión filoxérica se reduce considerablemente la superficie cultivada de vid y la comarca entra en una crisis económica que tardara algunas décadas en superar.

Es a partir de los años 20 cuando comienza la fase de recuperación, pero en ningún momento se logra alcanzar ni la superficie de viñedo ni la producción anterior a la crisis de la filoxera.

Actualmente se cultivan en La Rioja Alta 15.536 Ha. de viñedos, que representan el 21% de la superficie cultivada y el 44’1% del total regional. Las comarcas de Haro y Nájera son las que aglutinan el mayor número de hectáreas, siendo escasas en Santo Domingo de la Calzada. En esta última comarca un clima algo mas fresco y húmedo han inclinado al agricultor hacia otro tipo de cultivos.

Municipios con mas de 500 Ha. de superficie de Viñedo
Cenicero 1745 Ha.
San Asensio 1623

San Vicente 1620

Huércanos 1108

Briones 909

Nájera 840

Haro 620

Abalos 599

Uruñuela 551


Un análisis a nivel municipal permite comprobar la concentración del viñedo principalmente a lo largo del eje del Ebro y en la denominada "Tierra de Najera". En estos dos sectores 9 municipios cuentan con el 63’6% del viñedo de La Rioja Alta y el 25% de la comunidad. Incluso en cuatro de ellos la vid se convierte casi en monocultivo: Cenicero, Torremontalbo, Abalos y San Vicente de la Sonsierra. En el caso de Cenicero la causa del predominio de la vid sobre otros cultivos no se debe a razones de mercado sino a cuestiones topo-geomorfológicos, con suelos muy pedregosos tanto en superficie como en su interior, que difícilmente aceptarían otro cultivo que no fuese la vid. Estos sectores constituyen excelentes eco topos para el viñedo, ya que por su especial textura favorecen la infiltración de las aguas de lluvia creando un microclima en la superficie del suelo algo mas seco que el que le correspondería por las condiciones del clima general. Igual razonamiento podría aplicarse a los municipios como Briñas, Abalos o San Asensio.

Municipios con más del 50% de la superficie labrada dedicada al viñedo
Torremontalbo 89’2%

Cenicero 75’6%

Abalos 75’1%

San Vicente 69’4%

Huércanos 67’8%

Briñas 65’3%

Arenzana de Abajo 63’4%

Uruñuela 61’1%

San Asensio 60’8%

Cárdenas 58’6%

Camprovín 58’0%

Cordovín 54’3%

Villalba de Rioja 49’3%
La producción de uva en La Rioja Alta representa el 45% de la Denominación de Origen Rioja y un 69% de nuestra región. Toda ella va destinada a la elaboración de vinos. La comarca riojalteña dispone de 1.477 bodegas: 1.396 bodegas de cosechero, 9 cooperativas, 41 bodegas de crianza y 31 almacenistas. Algunos municipios superan las cien: San Asensio, Badarán, Arenzana de Abajo y Cárdenas.

Las bodegas de cosechero son pequeñas instalaciones, la mayor parte de ellas con una capacidad inferior a los 500 Hl., propiedad del viticultor, cuya producción se vende a las grandes bodegas de crianza.

Las bodegas cooperativas han ido restando importancia a los cosecheros en los municipios en donde se han instalado. La Rioja Alta dispone de 9 cooperativas que incluyen a más de 2.000 viticultores. Todas son de carácter local a excepción de las de Haro y Nájera que engloban a varios municipios próximos. En La Rioja Alta y para el año 1.990, el 46% del vino era elaborado en cooperativas.

Las bodegas de crianza son las que dan la imagen del Rioja en el mundo. De hecho un porcentaje importante de su producción va destinada a la exportación. La Rioja Alta cuenta con 41 bodegas, de las que, al menos una docena, comercializan marcas de reconocido prestigio. La mayor concentración de bodegas industriales la detenta la ciudad de Haro, donde 12 bodegas disponen de una alta capacidad de crianza (126.000 barricas), seguida de Cenicero. Estas bodegas inicialmente surgieron a partir de capital riojano, vasco y en menor medida francés. En la actualidad, en algunas de las más destacadas se ha incorporado participación de capital multinacional.

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